UNA CARICATURA OFENSIVA DEL DIOS VERDADERO (I)
Después del resurgir de las antiguas filosofías orientales amalgamadas y maquilladas por “La Nueva Era” con tintes de modernidad, y de la actualización del arrianismo promovido por los Testigos de Jehová desde finales del S. XIX, (1872), ahora parece que HA TOCADO SU TURNO A LOS “MARCIONISTAS”, quienes despreciaron abiertamente al que ellos calificaron de, el “Sanguinario” Dios del A.T.
Los marcionistas tuvieron su origen por el Siglo II d.C., cuyo heresiarca, Marción, escandalizado por las masacres ordenadas por Dios, y narradas con todo lujo de detalles en el A. T., llegó a la conclusión de que el Creador descrito en las Escrituras Hebreas no se corresponde para nada con el amoroso, paciente, misericordioso y perdonador Dios y Padre del Señor Jesucristo.
Esa teoría llevó a Marción, no solo a rechazar de un plumazo todo el A.T. sino que se propuso eliminar del N.T. todo vestigio del tan cruel y tan descaradamente malvado Dios Creador revelado en el A. T.
Tanto fue así que nuestro hombre anuló por completo los Evangelios de Mateo, Marcos y Juan. Tan solo se quedó con una versión reducida de Lucas, como el único Evangelio que los cristianos deberían usar, y del resto del N.T. solo aceptaba las Epístolas de Pablo. Le parecían muchas las insufribles riadas de sangre que de forma tan tajante e inmisericorde, fueron ejecutadas por mandato expreso de un Dios brutal y sanguinario.
Hay que reconocer que este asunto ha inquietado a muchos cristianos a lo largo de los años, y retrocediendo en el tiempo, (como ya se ha anticipado), fue Marción quien a su manera quiso atajar el “problema”.
Dentro de la providencia divina la herejía de Marción fue el detonante que Dios uso para que la Iglesia de entonces, (con todas sus faltas y deficiencias, pero allí estaba la acción sabia de la providencia de Dios), reaccionara, y en respuesta a tales herejías, decidiera nombrar y catalogar los libros del Antiguo y del Nuevo Testamento que aceptaba como propios del Canon, declarándolos como inspirados por el único y mismo Dios, Dios vivo y verdadero, Dios Creador, y Padre del Señor Jesucristo.
Claro que eso no evita que los mismos “fantasmas” de antaño, (los cuestionamientos de Marción), resurjan de tiempo en tiempo, y es así como la polémica queda servida.
NOTA: El tema es amplio y sigue preocupando a muchos creyentes sencillos, de manera que, Dios mediante, y con su ayuda, me he propuesto tratarlo en varias entregas. El propósito es, mediante un lenguaje libre de afectación teológica y sencillo, traer consolación y edificación a estos hermanos.