La higuera maldecida se seca.
(Mr 11:20-26)
La porción que nos corresponde empieza con la frase “Y pasando por la mañana,…” Esto indica que ha empezado otro nuevo día. Estamos en la mañana del martes. ¿Cuántas, qué cosas sucedieron este día? Siguiendo al profesor Ryrie mencionamos tres: 1. Descubrimiento de la higuera marchita (11:20-26), 2. Controversias con los judíos (11:27-13:44) 3. Discurso del monte de los olivos (13:1-37). Un día intenso.
Sorpresa en el camino.
(Mr 11:20-21) “Y pasando por la mañana, vieron que la higuera se había secado desde las raíces. Entonces Pedro, acordándose, le dijo: Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado.”
Cuando por la mañana Jesús y los discípulos regresan a Jerusalén, estos se dan cuenta que la higuera maldecida el día anterior está seca desde la raíz. Es evidente que la noche anterior pasaron cerca, pero ni el cansancio ni la oscuridad les permitió ver de lo que pasaba. Todos se sorprenden, quizás porque una cosa es decir “nadie comerá fruto de ti” y otra verla morir en menos de 24 horas. ¿Qué ha pasado? Es Pedro el que toma la iniciativa para comentarlo a Jesús.
Antes de continuar una solemne reflexión. Aquella higuera seca, muerta, es una ilustración del final que espera a aquellos que de forma insensata se jactan de la religión y desprecian a Jesús. A aquellos que utilizan la religión para sus fines y no rinden sus corazones a la verdad del Evangelio.
Tened fe en Dios.
(Mr 11:22) “Respondiendo Jesús les dijo: Tened fe en Dios.”*
No se que tipo de explicación esperaban los discípulos, pero así, al pronto, la respuesta suena desconcertante. Ninguna explicación de lo ocurrido. Solo un escueto “Tened fe en Dios”, una ilustración sobre el poder de la fe, y una referencia a la oración y la importancia del perdón. ¿Interesante? Sí, ¿Importante? Mucho. Pero ¿Qué relación guarda con la higuera seca? Esta aparente falta de continuidad ha dado pie a diferentes enfoques, mencionamos tres:
– Hay quienes dicen que estos versos, encabezados por este “tened fe” no guardan relación con el contexto. Son dichos de Jesús, repetidos en diferentes ocasiones (Mt 17:20) y (Lc 17:6), grabados en la mente de los oyentes, pero cuya ocasión exacta se ha olvidado. Así que Marcos los insertar aquí como enseñanza general de Jesús¹..
– Otros opinan que sí hay relación. Jesús toma como base la sorpresa que la muerte repentina del árbol frondoso, consecuencia de Su Palabra, les había producido, para enseñarles del poder que Dios ponía a su disposición. Jesús tiene en mente el ambiente de incredulidad y hostilidad que tendrán que enfrentar cuando él se marche. Les enseña a confrontarlo con fe, oración y con perdón.
– Otra forma de enfocar su relación con el contexto, en vez de dar explicaciones sobre las consecuencias de la incredulidad, Jesús es práctico e instruye a los suyos sobre como evitar el caer en esterilidad espiritual. Jesús no quiere que sus seguidores seamos como higueras estériles o secas que al final sean removidas.
Teniendo en mente estas dos últimas explicaciones, encontramos que estamos ante un texto de enorme actualidad práctica. El Señor nos ayude en su exposición.
(Mr 11:23) “Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate y échate en el mar, y no durare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho.”
Lo primero decir que el Señor no tiene intención de enseñar el secreto de secar higueras o echar montes al mar. Eso no tendría ningún sentido. Pero sí el enseñar como la fe actúa como firme ancla del alma cuando descansa en Dios y Su Palabra, y como permite permanecer, enfrentar y vencer cualquier dificultad por insalvable que parezca. Repetimos, no la fe en sí misma, sino la fe en/de Dios. Esto implica que la fe es el medio y Dios el agente.
“Dios no hace cosas insensatas ni inútiles, y ninguna por mero afán de exhibición; pero es su poder lo que Él pone a disposición de los discípulos para realizar lo que él les impone en su calidad de discípulos.”². Dos notas importantes:
– Expresiones como esta “remover montañas”, “desarraigar árboles” eran comunes entre los judíos para referirse a problemas o situaciones de difícil solución. Ellos sabían que no debían interpretarse literalmente.
– Este tipo de expresiones posiblemente tenían su origen en las palabras de Dios a Zacarías. Recordamos el contexto. El pueblo había regresado del destierro en medio de gran debilidad, había desánimo y muchos enemigos. ¿Cómo enfrentar la gran tarea de reconstruir el templo en esas condiciones? Todo parecían montañas insalvables. A lo que Dios responde (Zac 4:6-7) “¿Quién eres tú, oh gran monte? Delante de Zorobabel serás reducido a llanura;…”. (Zac 4:7). El Dios que capacita para Su Obra por medio Su Espíritu, remueve aún las dificultades mas extremas a fin de que podamos hacer Su Voluntad. Requisito, poner nuestra confianza el Él.
La oración, un arma poderosa.
(Mr 11:24) “Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.”
A continuación Jesús relaciona la fe con la oración, y nos recuerda que esta, la oración de fe, es el arma más poderosa que el Dios nos ha dado para enfrentar todas las batallas: “Creed que lo recibiréis, y os vendrá.”³.
¿Significa esto carta blanca para pedir cualquier cosa, con la condición de que lo crea firmemente y lo repita una y otra vez? Si queremos evitar decepciones y malas enseñanzas, es necesario añadir algunas observaciones bíblicas. Recordemos por ejemplo que Santiago enseñó que no todas las oraciones, aunque sean muy fervorosas, son atendidas por el Señor: “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.” (Stg 4:3). Recordamos:
– Según la voluntad de Dios (1ª Jn 5:14). Lo que no es conforme a Su Voluntad no es atendido. Orar pidiendo “hágase tu voluntad” no es falta de fe. Jesús lo enseñó y lo hizo (Lc 11:2) (Mr 14:36). Esto nos lleva a la necesidad de conocer Su Voluntad expresada por medio de Su Palabra.
– Se debe orar con fe, en la confianza de que Dios cumple sus promesas y es poderoso para hacer conforme a lo que pido y más según Su Voluntad (Stg 1:6-8) (Ef 3:20).
– En el nombre de Jesús (Jn 14:13). Nos acercamos al Padre con la confianza que el Hijo nos ha dado. Pero esto lleva implícita una condición: pedir conforme a lo que el Hijo mismo pediría. Esto nos hace ver lo importante que es tener la Palabra morando en nuestros corazones, que podamos ir adquiriendo la mente de Cristo.
– La rebeldía, la desobediencia a la Palabra, son un impedimento a la oración eficaz. Esto lo aprendemos de la enseñanza de Jesús en (Jn 15:7).
La ausencia de un espíritu perdonador.
(Mr 11:25) “Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas.”
Después de haber señalado el poder de la fe obrando por medio de la oración, Jesús hace un añadido de no poca importancia: “Perdonad, si tenéis algo contra alguno,” “La fe es esencial para el éxito de nuestras oraciones” escribe Ryle, “Pero después (Jesús) añade que no puede ser escuchada ninguna oración que no proceda de un corazón perdonador.”⁴.
Dicho en otras palabras, hay dos cosas que nos llevan a tener vidas infructuosas. Por un lado la falta de fe en Dios, y por otro la incapacidad para perdonar. Ambos afectan a nuestra comunión con Dios y producen fracaso espiritual. “La oración de un amargado no puede atravesar el muro de su propia amargura.”⁵.
R.C. Ryle decía que debido a la falta de este espíritu perdonador, no se sorprendía de que tantas oraciones parezcan inútiles y desatendidas.⁶.
Perdón judicial, perdón filial.
(Mr 11:26) “Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas.”
Necesario un matiz, no se trata del perdón judicial, de la salvación. Se trata del perdón que se vive en la relación filial, y cuya ausencia dentro de cualquier familia quiebra la unidad y produce dolor. Nuestra incapacidad para perdonar a nuestros hermanos como Cristo nos ha perdonado es algo que debemos llevar a los pies del Señor para encontrar remedio. De lo contrario tampoco nuestra vida recibirá bendición de Dios
Necesario en este caso recordar algunas de las solemnes exhortaciones que sobre el perdón tiene la Palabra de Dios, primeramente en la comunidad, pero también con los de afuera (Mt 18:21-22; Ef. 4:31-32; Col. 3:12-14; 1ª Jn 4:21).
Conclusión.
De nuevo, para terminar, recordamos la oportunidad de estas palabras de Jesús. Frente a un mundo incrédulo y hostil, frente al peligro de convertirnos en higueras estériles, el Señor nos dice: “Tened fe en Dios” y nos recuerda la importancia de la oración que remueve montañas y la necesidad de perdonar.
Estudio previo: La maldición de la higuera (Mr 11:12-14)
Notas.
* Tened fe en Dios. Dios está en genitivo. Este puede entenderse como gen. subjetivo (fe de Dios): aquella fe que Dios establece y otorga, que por lo tanto tiene características divinas, a la que Dios sostiene y que se atiene a él; o también como un gen. objetivo (fe en Dios). Ver Clave lingüística del Nuevo Testamento Griego. Pág. 124-125. ISEDET. Ediciones La Aurora.
Según A.T. Robertson: Genitivo objetivo como en Gálatas 2:16; Romanos 3:22,26. Comentario al Texto griego del Nuevo Testamento. Obra completa. Editorial Clie. Pág. 101.
Según R.C.H. Lenski, Theoû es el genitivo objetivo; Dios es el objeto de la idea verbal contenida en pístis, a saber pistúein. Interpretación del Evangelio Según San Marcos. Tomo II. Pág. 426. Publicaciones el Escudo.
¹ W. Barclay. Comentario al Nuevo Testamento, 17 tomos en 1. Pág. 262. editorial Clie.
²R.C.H. Lenski. Un comentario al Nuevo Testamento. Tomo II. La interpretación del Evangelio según San Marcos. Pág 426-427. Publicaciones el Escudo.
³El texto dice lo que dice, y es nuestra incapacidad para creer lo que nos lleva a rebajar el alcance de esta enseñanza
⁴J.C. Ryle. Meditaciones sobre los Evangelios. Marcos. Pág. 248. Editorial Peregrino.
⁵W. Barclay. Comentario al Nuevo Testamento, 17 tomos en 1. Pág. 262. editorial Clie.
⁶ “La cantidad de maldad, amargura y espíritu partidista entre los cristianos es tremendamente grande. No nos sorprende que tantas oraciones parezcan inútiles y desatendidas.” J.C. Ryle. Meditaciones sobre los Evangelios. Marcos. Pág. 249. Editorial Peregrino.