El Sermón Profético de Jesús.
Advertencias generales (1).
Marcos 13:5-13
Repaso introductorio.
El origen del sermón profético hay que buscarlo en una declaración, vamos a llamarla “explosiva” que Jesús hace respecto al futuro del templo de Jerusalén: “¿Veis estos grandes edificios? No quedará piedra sobre piedra, que no sea derribada.” (Mr 13:2). En consecuencia los discípulos preguntan a Jesús por la destrucción del templo, detalles que ayuden a identificar el momento y estar preparados. Pero lo mismo que la respuesta de Jesús rebasa los límites de la pregunta, la pregunta de los discípulos implica mucho más.
La destrucción del templo significa la destrucción de Jerusalén, y un cataclismo o acontecimiento de tal magnitud implica un cambio en los tiempos y en la relación de Dios con los judíos. Un cambio de era que inevitablemente ellos relacionan con la instauración del reino del Mesías. Es por esto que Mateo, después de la pregunta, “¿Cuándo serán estas cosas?” añade “¿Y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?” (Mt 24:3).
Respecto a la manera en que interpretaremos el sermón, dijimos que lo haremos como una profecía de doble cumplimiento. Es decir, Jesús tiene en mente no solo la destrucción por parte de los romanos del año 70, sino también una nueva destrucción y tribulación para los judíos que ocurrirá al final de los tiempos, y que precederá al regreso con gran poder y gloria de nuestro Señor. En este caso, daremos importancia a lo que llamamos interpretación futurista.
La división que vamos a usar para nuestro estudio será la siguiente:
1. Advertencias generales (13: 5-13). Mientras que la visión futurista relaciona estos versos solo con Israel y los tiempos del anticristo, nosotros haremos énfasis en que estas cosas son las características que marcan el periodo de ausencia de Jesús. Tres son las cosas que debemos esperar según Jesús:
– Falsos cristos (13: 5,6).
– Guerras y rumores de guerras (13: 7,8).
– Persecuciones (13: 9-13).
2. La destrucción de Jerusalén y la gran tribulación: 13: 14-23.
3. El Regreso en Poder y Gloria: 13: 24-27.
4. Parábolas sobre el fin: 13:28-37.
Advertencias Generales
(13: 5-13).
Falsos Cristos, guerras, rumores de guerras, revueltas, terremotos, hambre, epidemias, persecuciones, nada de esto es desconocido. Son hechos que se repiten en la historia y que vemos a nuestro alrededor. Esto es así porque son las características que marcan este periodo de ausencia del Señor, desde que fue rechazado hasta que regrese con gran Poder y Gloria. Como veremos en su momento, son los “principios de dolores del parto”, que llegarán a su cenit con el regreso del Señor en Gloria.
1. Los falsos mesías: “Mirad que nadie os engañe”.
(Mr 13:5,6) “Jesús, respondiéndoles, comenzó a decir: Mirad que nadie os engañe; porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y engañarán a muchos.”
– Leía una reseña que decía que en el Siglo I hubieron no menos de 10 pretendientes a “Mesías” que reunieron cientos o miles de seguidores según el caso, y que acabaron en desastres. Y esto sin contar los falsos profetas.1.
– Después y a lo largo de la historia el fenómeno no ha parado. Ahí están las grandes religiones y sectas con sus “ungidos” y profetas, incluyendo el Islam. Muchas son las personas que han sido engañadas por personajes más o menos carismáticos, religiones y sectas.
– Al final de los tiempos, cuando la iglesia haya sido arrebatada, la aparición de falsos mesías vivirá una explosión sin igual que se concretará en una religión mundial y finalmente la adoración del anticristo (Ap 13:4, 11-17).
Esta predicción de Jesús concuerda con el primero de los siete sellos del Apocalipsis (Ap 6:1,2). Los juicios que marcan el comienzo del Día del Señor y si miramos a Daniel, el comienzo de la semana 70 (Dn 9:27).
Este jinete, que en apariencia recuerda al Señor Jesús (Ap 19:11), es un falso Cristo o psudomesías. En un primer momento su método de conquista no parece ser la guerra sino que impone la paz con medios incruentos. ¿Podrían los hombres desear un líder mejor?
¿Por qué hay tantos falsos cristos y profetas? Porque el mundo ha rechazado al verdadero Mesías, a su único Salvador, al Señor Jesús. Hay una necesidad que llenar, y que es aprovechada por el mismo Satanás para esclavizar y mantener a los hombres en la oscuridad. ¡Que peligroso es endurecer el corazón frente al Evangelio!
Mención aparte merecen los judíos. No solo rechazaron al Mesías, a Jesús, sino que hasta el día de hoy lo están esperando. Con cierta frecuencia, aún en la actualidad, aparecen personajes con cierto carisma, avalados por algún rabino que son declarados candidatos a Mesías y que levantan adeptos hasta que se evidencia su falsedad. Y así pasan los años en vanas esperanzas.
Pero la preocupación de Jesús no está en los falsos cristos o profetas que vendrán, sino en los creyentes: “Mirad que nadie os engañe”. Lucas escribe así la advertencia del Señor: “Mirad que no seáis engañados; porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo, y: El tiempo está cerca. Mas no vayáis en pos de ellos.”(Lc 21:8).
En tiempos de crisis, de convulsiones y de inestabilidad internacional, es inevitable que los cristianos, y también los no creyentes, se pregunten por los eventos futuros. “¿Y ahora qué va a pasar?”
Y entonces aparecen los estafadores religiosos, los iluminados que se aprovechan de nuestros temores. Dicen que “¡Conocen los tiempos! ¡Cómo afrontar los próximos desastres mundiales! ¡Tienen una nueva revelación que te dará esperanza! ¡Saben cuándo vendrá el Señor!” Incluso los más atrevidos se identifican como mesías o su profeta. Y lo que más confunde, usan la Biblia para “probar” sus enseñanzas. De ahí la importancia de la advertencia de Jesús: “¡Mirad que no seáis engañados!”. ¿Cómo evitar ser engañados?
Escribe Warren W. Wiersbe, “la única manera de mantener nuestro equilibrio en un mundo engañador es conocer las Escrituras y obedecer lo que Dios nos dice que hagamos (2ª Pd 3:17,18)”.2.
Creo que aquellos hermanos que rehúsan estudiar, o al menos tener un mínimo de convicción sobre profecía bíblica, bien porque les da temor, porque les resulta confusa, o la consideran “doctrinas que dividen”, se equivocan.
Si te produce temor recuerda esto, las profecías contienen el spoiler más grande de todos los tiempos: Jesucristo es el gran vencedor, y aquellos que hemos creído en Él participamos de su victoria.
Si crees que no son importantes, recuerda: en un mundo oscuro, lleno de incertidumbres y sobresaltos, la profecía es como una antorcha que ilumina y trae esperanza y consuelo al creyente (2ª Pd 1:19). No solo nos guía para evitar peligros innecesarios, también nos asegura fortaleza y consuelo divino en la prueba, y nuestra participación en el triunfo final.
Entre los motivos que un expositor bíblico daba para estudiar profecía, hay uno que me llamó la atención: La profecía bíblica nos recuerda que Dios es bueno. Resumiendo mucho, el argumento es el siguiente: “Si esta vida y este mundo fueran todo lo que hay o lo mejor que nos puede acontecer, tendríamos derecho de cuestionar la idea de que Dios es bueno y misericordioso.” Nos convertimos al Señor, Su presencia es fuente de gozo y fortaleza, pero los problemas no desaparecen. Muchos cristianos pasan la vida soportando duras enfermedades, problemas sin resolver y situaciones terriblemente injustas.
Las profecías hablan de un juicio sobre la maldad, del gozo completo que tendremos con Jesús y de un mundo nuevo. En este sentido “la profecía revela claramente que el final de la historia es bueno para el pueblo de Dios.” (Ro 8:18).3.
Ahora bien, también es cierto que las profecías deben ser estudiadas:
– Manteniendo un sano equilibrio, de tal manera que nuestros pies estén en el suelo, que no sean descuidados los aspectos prácticos de la vida cristiana.
– Precedidas por un espíritu humilde y educable (Sal 119:18).4.
Solo así evitaremos ese espíritu dogmático y arrogante que hace que los hombres se olviden que son estudiantes. Esto nos ayudará a evitar cualquier actitud de superioridad que nos lleve al menosprecio del otro, a la acritud en las controversias, que causan tanto daño y desprestigio entre el pueblo de Dios.
2. Guerras y rumores de guerra: “Principios de dolores son estos”.
(Mr 13:7-8) “Mas cuando oigáis de guerras y de rumores de guerras, no os turbéis, porque es necesario que suceda así; pero aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá terremotos en muchos lugares, y habrá hambres y alborotos; principios de dolores son estos.”
“¿Y ahora qué va a pasar?” “¿Es este el fin del mundo?” me preguntaba un compañero de trabajo cuando en 2001 los terroristas atacaron las torres gemelas en Nueva York. Cada vez que el mundo tal como lo conocemos está amenazado surge esta pregunta: ¿Es el fin?
Y las condiciones internacionales actuales, la guerra en Ucrania, la alineación de China, India, Corea del Norte, Irán y las simpatías de parte del mundo árabe con Rusia, el avivamiento de conflictos regionales como Gaza y el rechazo generalizado a Israel, la tensión en el Mar de China, en el Mar Rojo, las amenazas al comercio internacional… parece que todo está preparado para un conflicto de grandes dimensiones, nos llevan a la misma pregunta ¿Es el fin de esta era?
Esto sin nombrar “los gemidos de la creación”, los maremotos, los terremotos, tsunamis, los volcanes, la sequía, los incendios, las inundaciones, los huracanes, y añadimos las crisis sanitarias, las hambrunas, tragedias que aparecen aquí y allá como un cisne negro y que todo lo complica. ¿Qué dice Jesús de esto? ¿Es el fin? Su respuesta son palabras que deben quedar grabadas en nuestra mente: “Es necesario que suceda así; pero aún no es el fin.” (13:7):
– “Es necesario que suceda así;” Es decir, estos acontecimientos son importantes, no se pueden ignorar. Están preparando el escenario para la intervención de Dios en este mundo. ¿Quizás en esta generación? Si así fuera, nosotros como iglesia, no lo veríamos.
– “Pero todavía no es el fin”: Son la norma que acompañará a este mundo hasta Su Venida. Son la consecuencia lógica de rechazar al Príncipe de Paz, de vivir en abierta rebeldía contra Dios y despreciar el Evangelio.
Por último, es interesante que Jesús compare este periodo intermedio con un embarazo y diga “principios de dolores son estos.” (13:8). Esto indica:
– Que el parto (el fin de esta era y la irrupción de Jesús en este mundo) está en marcha, y nada lo va a detener. Es por eso que al tiempo en que vivimos se le llama “los últimos días”.
– Que de la misma forma que según se acerca el parto, la frecuencia de los dolores aumenta y son más intensos, según pase el tiempo las cosas irán de mal en peor.
– Que cuando llegue el momento, cuando los sellos segundo, tercero y cuarto de Apocalipsis se abran (Ap 6:3-8), nadie preguntará ¿Es este el fin? Todos serán conscientes que el tiempo ha llegado (Ap 6:15-17).
3. Persecuciones.
(Mar 13:9-13) “Pero mirad por vosotros mismos; porque os entregarán a los concilios, y en las sinagogas os azotarán; y delante de gobernadores y de reyes os llevarán por causa de mí, para testimonio a ellos.” “Y es necesario que el evangelio sea predicado antes a todas las naciones.”
“Pero cuando os trajeren para entregaros, no os preocupéis por lo que habéis de decir, ni lo penséis, sino lo que os fuere dado en aquella hora, eso hablad; porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo.” “Y el hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y se levantarán los hijos contra los padres, y los matarán.” “Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.“
Además de los falsos cristos, las guerras y rumores de guerras, y los gemidos de la creación, el otro evento que caracteriza este tiempo de espera hasta el regreso del Señor con gran poder y gloria, son las persecuciones. “La luz del Evangelio es incompatible con las tinieblas del mundo.”
Los concilios son consejos judíos locales de pueblos y aldeas, y que normalmente se reunían en las sinagogas (2ª Co 11:24), los gobernadores son los prefectos y procuradores romanos, y los reyes dirigentes locales subordinados Roma.
Desde que el Evangelio empezó a extenderse, los cristianos atrajeron la antipatía y el rechazo de parte de la población del imperio romano. Un ejemplo es lo sucedido en Éfeso (Hch 19:23-28) y Filipo (Hch 16:19-21). Finalmente este rechazo creciente se focalizó en la cruel persecución de Nerón en el año 64.
Sin embargo no fueron ellos los primeros en oponerse al Evangelio sino los propios judíos. Durante el tiempo que transcurrió entre el nacimiento de la iglesia y la destrucción de Jerusalén, Dios les concedió un tiempo de gracia para que nuevamente escucharan el Evangelio de que Jesús es el Mesías y se arrepintieran de su rechazo. Pero eso no sucedió. Como pueblo siguieron cerrados al Evangelio. En su lugar persiguieron a los cristianos en Judea, y donde no tenían poder promovieron revueltas contra ellos.5.
A partir de ahí, la historia está llena de persecuciones y atrocidades contra los cristianos, a veces promovidas por otros “cristianos” (Jn 16:2,3); y en tiempos actuales sabemos lo que cuesta seguir a Jesús en países comunistas, de mayoría hindú, budista y sobre todo musulmanes.
Pero aún queda una página por escribir. Cuando la iglesia haya sido arrebatada y el anticristo empiece a posicionarse sobre este mundo, el odio a los nuevos creyentes crecerá de una forma no conocida. Vendrán tiempos terribles, persecuciones, traiciones, torturas, y muchos darán su vida por Jesús. Esto se menciona en el quinto sello de Apocalipsis (Ap 6:9-11).
El rechazo y el terrible sufrimiento que produce y producirá el Evangelio, está dramáticamente descrito en Marcos 13:12 y 13: “Y el hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y se levantarán los hijos contra los padres, y los matarán. Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre;…”.
Jesús no usa un lenguaje figurado sino literal. Y no se está refiriendo a la traición que se produce bajo presión, o por lo menos no solo a ello. Está hablando en términos de odio, de denuncia consciente y deliberada. De la disolución de los lazos más fuertes y sagrados como son los filiales y los paterno filiales. Parece como que una fuerza de origen maligno inspira estos actos. Por otro lado, decir que cuando estas cosas sucedan, no debiéramos sorprendernos, Jesús lo anticipó (Mt 10:34-36). En este sentido es terrorífico pensar en lo que ocurre en Corea del Norte, los padres cristianos no pueden enseñar la fe a sus hijos por miedo a que con su inocencia descubran a sus padres en el colegio o algún otro ámbito. El cónyuge cristiano no puede compartir su fe con el otro, pues si este lo traiciona, toda la familia será castigada aunque no hayan abrazado la fe. ¿Un anticipo de lo que será la tiranía del anticristo?
Pero antes de concluir las “Advertencias Generales” hay al menos tres puntos donde tenemos que parar: La referencia a la predicación universal del Evangelio; qué significa el que persevere hasta el fin será salvo; y por último la preocupación de Jesús expresada en las palabras: Mirad por vosotros mismos.
NOTAS.
1. Hay un Teudas, mencionado por Josefo, en el 46 D.C. Un egipcio, (Hch 21:38) en el 55 D.C. El hijo de Judas el Galileo, en el 68 D.C. Además de Shimón Bar Giora, que lideró la rebelión contra Roma entre el año 66-70, y que acabó con la destrucción de Jerusalén.
https://atravesdelasescrituras.com/2019/07/02/los-mesias-de-la-simiente-incorrecta/
2. Warren W. Wiersbe. Valientes en Cristo. Estudio Expositivo del Evangelio según Lucas. Pág. 97. Editorial E.B.I. (Editorial Bautista Independiente).
3. Paúl N. Benware. Entienda la profecía de los últimos tiempos. Pág. 16. Editorial Portavoz.
4. Ver J.C. Ryle Meditaciones sobre los Evangelios. Lucas. Tomo II. Pág. 394. Editorial Peregrino.
5. David Gooding. Según Lucas. Un nuevo concepto expositivo del tercer Evangelio. Pág. 391,392. Editorial Clie.