El Sermón Profético de Jesús.
(Marcos 13:1-37)
Estamos ante una de las porciones más controvertidas e interesantes de la enseñanza de Jesús: el Sermón profético. La naturaleza de su contenido, las cosas futuras, ha servido para alimentar innumerables especulaciones sobre la Segunda Venida del Señor y el fin del mundo. Y esto, a pesar de las advertencias de Jesús “que nadie os engañe”(13:5), “no os turbéis,” o “aún no es el fin” (13:7), “principios de dolores son estos” (13:8), “Pero de aquel día y aquella hora nadie sabe” (Mr 13:32).
Ahora bien, lo mismo que no anima a hacer “escatología ficción” (poner nombres, fechas, hacer afirmaciones dogmáticas o vivir angustiados) también es cierto que el Señor exhorta a estar atentos a las cosas que suceden alrededor (13:28,29) y sobre todo a velar y orar (13:33,37).
La narración más completa del discurso está en Mateo (Mt 24 y 25), Marcos es más breve, tiene en mente el carácter de sus lectores romanos y se centra más en la narración y en la acción. Y Lucas hace un énfasis diferente (Lc 21) y que mencionaremos más adelante.
Jesús predice la destrucción del templo (13:1,2).
Todo empieza con, vamos a decirlo así, un comentario inocente que los discípulos hacen a Jesús:
(Mr 13:1) “Saliendo Jesús del templo, le dijo uno de sus discípulos: Maestro, mira qué piedras, y qué edificios.”
La obra consistía en una reconstrucción, mejora y ampliación del templo de Zorobabel, aquel que levantaron los judios cuando regresaron del cautiverio. Fue iniciativa de Herodes el grande, el mismo que intentó matar a Jesús cuando era bebé. Y no es que fuera un hombre religioso, sino que quería congraciarse con los judios y perpetuarse en la historia a través de grandes construcciones.
La majestuosidad de las piedras, los materiales usados y los edificios y pórticos, hicieron del lugar una de las grandes maravillas del mundo antiguo. Tan grande era la obra, que cuando Jesús predicó, todavía no se había terminado (Jn 2:20).
Y entonces viene la desconcertante respuesta de Jesús:
(Mr 13:2) “Jesús, respondiendo, le dijo: ¿Ves estos grandes edificios? no quedará piedra sobre piedra, que no sea derribada.”
No es difícil imaginar la sorpresa de los discípulos con esta respuesta. Pero aún así, está en sintonía con las palabras que Mateo pone en boca de Jesús en algún momento previo a esta escena: “He aquí vuestra casa os es dejada desierta. Porque os digo que desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor.” (Mt 23:38,39). Es la última vez que Jesús visitará el templo.
Este salir del templo (Mr 13:1) con el que inicia Marcos la narración, es un salir que confirma el juicio de Dios sobre aquel lugar. Es un lugar abandonado por Dios. Es “vuestra casa”, Dios no está presente.
¿Cuándo sucedió esto? En el año 70 de nuestra era. En el año 64 se concluye oficialmente la construcción, y en el año 66 los judíos se levantaron contra Roma. Tras un primer intento abortado de recuperar Jerusalén1., los romanos la sitian y la destruyen por completo, incluyendo el templo, en el año 70. Hubo una orden expresa de demolición tanto del templo como de la ciudad, de tal forma que la expresión “no quedará piedra sobre piedra” en referencia a esos edificios se cumplió literalmente.
Y aquí tenemos una de las lecciones que los cristianos tendemos a olvidar:
Que la gloria de una iglesia local no está en el edificio que sirve de lugar de culto, ni en las instalaciones y espacios para actividades, la verdadera belleza está en la fe y en la piedad de sus miembros. El edificio puede llevar un nombre precioso: “Iglesia Casa de Dios”, “Iglesia Gloria de Dios” “Mi Redentor vive” o algo semejante, y ser “nuestra casa”, el lugar donde nosotros nos sentimos a gusto y nuestra vanidad está satisfecha, pero Dios está ausente (Ap 3:1).
Evidentemente esto no significa que para reunirnos tengamos que volver a las cuevas, o a los patios de una casa, porque esto nos hará “más espirituales” o “más bíblicos”. Usemos los espacios que Dios no ha dado, saquemos el máximo provecho para Su gloria, pero no caigamos en la tentación de pensar que Dios necesita de lugares majestuosos, vidrieras, música excelente, ropajes magníficos y última tecnología. Dios está más interesado en las personas y sus corazones que en los edificios y la suntuosidad. Y por supuesto, que Su Palabra sea proclamada.2.
Las preguntas de los discípulos (13:3,4).
La escena que acabamos de describir parece que sucede camino al Monte de los Olivos, en las proximidades de Jerusalén. En ese momento nadie dijo nada, están como tratando de asimilar sus palabras.
Pero cuando terminan de subir y Jesús se sienta teniendo como vista el templo de Jerusalén, los discípulos no pueden evitar preguntarle por estas cosas.
(Mr 13:3,4) “Y se sentó en el monte de los Olivos, frente al templo. Y Pedro, Jacobo, Juan y Andrés le preguntaron aparte: Dinos, ¿Cuándo serán estas cosas? ¿Y qué señal habrá cuando todas estas cosas hayan de cumplirse?”
¿Qué preguntan los discípulos? La respuesta parece evidente: por la destrucción del templo. Detalles que ayuden a identificar el momento y estar preparados. Pero lo mismo que la respuesta de Jesús rebasa los límites de la pregunta, la pregunta de los discípulos implica mucho más.
La destrucción del templo significa la destrucción de Jerusalén, y un cataclismo o acontecimiento de tal magnitud implica un cambio en los tiempos y en la relación de Dios con los judíos. Un cambio de era que inevitablemente ellos relacionan con la instauración del reino del Mesías. Es por esto que Mateo, después de la pregunta, “¿Cuándo serán estas cosas?” añade “¿Y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?” (Mt 24:3).3.
La respuesta de Jesús (13:5-37).
La respuesta de Jesús abarca todo el resto del capítulo y se puede dividir de diferentes formas. La más aceptada, a grandes trazos, sería: Advertencias generales (13:5-13); La abominación desoladora y la gran tribulación (13:14-23); la Segunda Venida (13:24-27); Parábolas relacionadas (13:28-37).
Diferentes interpretaciones del Sermón Profético de Jesús.
Un tema importante, antes de continuar, son las diferentes formas de interpretar del sermón que surgen a lo largo de la historia. Prestamos atención a lo que entiendo son las cuatro más relevantes.
1. Una profecía totalmente cumplida (preterismo 4.). Estos expositores entienden que todo el discurso de Jesús en Marcos 13 y paralelos en Mateo y Lucas, es profecía cumplida al detalle en el año 70 con la destrucción de Jerusalén por los romanos. Esto incluye: Las Advertencias generales (13:5-13), la abominación desoladora, y la gran tribulación (13:14-23), y la venida de Jesús descrita en Mr 13:24-27.
Esta interpretación, que puede sonar sorprendente en alguno de sus puntos, está resurgiendo con fuerza en nuestros días. El verso clave que sirve de argumento es “De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca.” (13:30).
¿Qué observaciones podemos hacer al respecto?
– Cuando Daniel habla acerca de la abominación desoladora en 9:27 añade un detalle muy interesante: “…Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.” Es decir, esta situación termina con un juicio sobre el desolador. Sin embargo ni Tito, el general romano, ni su ejército sufrieron castigo alguno. Por otro lado, si la abominación debe servir como señal para huir, ni la destrucción del templo, ni los acontecimientos que la rodearon cumplen esa función. Durante ese tiempo Jerusalén estuvo cerrada a cal y canto tanto por los romanos como por los defensores.
– Con respecto a la gran tribulación de (13:19), aún con ser muy cruel, llena de relatos espeluznantes, y la muerte de más de un millón de judíos en el sitio de Jerusalén en el año 70, según Josefo, aún así, no cumple con el requisito de ser una “tribulación cual nunca ha habido desde el principio… , hasta este tiempo, ni la habrá.”
El holocausto judío, con más de cinco millones de muertos, rebasa con creces la crueldad y el terror del sitio de Jerusalén en el año 70. El holocausto, y este es un hecho diferenciador relevante, tuvo el propósito de exterminar literalmente a todo un pueblo, los romanos no. Además, el solo hecho de que haya un acontecimiento en la historia que permita discutir el evento es indicio de que esta tribulación no ha sucedido.
– Pese a los esfuerzos, querer interpretar la venida de Cristo (13:24-27) como una referencia a una venida en juicio, al estilo de los juicios de Dios en el AT, sin regreso literal, sigue resultando poco natural. Un detalle interesante es 13:27. La venida del Señor tendrá como resultado reunir, pero la caída de Jerusalén produjo el efecto contrario, esparcir hacia los cuatro puntos de la tierra.
2. Una profecía parcialmente cumplida (preterismo parcial). Estos expositores entienden que la enseñanza de Jesús abarca dos temas, la destrucción de Jerusalén y la Segunda Venida de Cristo.
En este caso, las Advertencias generales (13:5-13) se ven como verdades atemporales, tan válidas en el pasado como en el presente. La abominación desoladora y la gran tribulación (13:14-23) es profecía cumplida en la destrucción de Jerusalén por los romanos, pero todo lo relacionado con el Regreso de Jesús (13:24-27) está pendiente de cumplimiento.
Uno de los grandes problemas de esta posición viene de estas palabras: “Pero en aquellos días, después de aquella tribulación…” (13:24) ¿Por qué? Porque Jesús presenta los dos eventos, la destrucción de Jerusalén, incluyendo la tribulación, y la Segunda Venida, como inmediatos. Para salvar esta dificultad se suele acudir a una figura que se denomina escorzo profético o perspectiva profética, dos acontecimientos parecen unidos cuando en realidad existe un periodo indefinido de tiempo. Es como dos montañas que en la lejanía parecen muy cercanas pero al acercarte encuentras que están separadas por un profundo valle.
Sin embargo la contundencia de las palabras de Jesús hace muy cuestionable la aplicación de esta figura. Mateo dice así: “E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días,…”. (Mt 24:29).
3. Una profecía de doble cumplimiento. Es decir, Jesús tiene en mente una doble destrucción de Jerusalén y una doble tribulación (13:14-23). La primera ocurrió en el año 70, la segunda es un hecho futuro, previo a Su Regreso en Gloria.
Aquí se llama la atención al hecho de que Zacarías explica el regreso del Mesías en un contexto de destrucción de Jerusalén y aflicción para los judíos (Zac 14:1-5). De la misma forma sucede en el Sermón profético (13:14,19,24,26).
Como explica J.C. Ryle (1816-1900), “La opinión de que nuestro Señor está profetizando dos sitios de Jerusalén y dos tremendas tribulaciones que caerán especialmente sobre los judíos, y su Segunda Venida como un acontecimiento que seguirá inmediatamente al segundo sitio, hace que todo el capítulo sea claro e inteligible.”5.
5. Una profecía que espera total cumplimiento (futurista). La respuesta de Jesús mira a los tiempos del fin, previos a su Segunda Venida.
Jesús estaría describiendo la llamada semana 70 de Daniel, los siete últimos años previos a Su regreso al mundo y la relación del anticristo con Israel (Dn 9:27). Así los versos del 5 al 13 (Advertencias Generales) se corresponden a los primeros tres años y medio, antes que el anticristo reclame desde Jerusalén una adoración semejante a Dios y rompa su acuerdo con los judíos (2ª Ts 2:3,4). Los versos siguientes (13:14-23), describen los tres años y medio últimos o Gran Tribulación, donde el anticristo se ensaña con los judíos. El regreso del Señor pone fin a la Gran Tribulación (Zac 14:1- 4).
Periodo de siete años de tribulación. | La Segunda Venida | ||
Mr 13: 5-13 | Mr 13:14-18 | Mr 13: 19-23 | Mr 13: 24-27 |
El comienzo de los dolores | La abominación desoladora. | La gran tribulación. | El regreso de Jesús |
Los primeros tres años y medio de tribulación. | Punto medio de la tribulación. (2ª Ts 2:3,4) | Los tres años y medio últimos de tribulación. | Después de la tribulación. |
Estos autores llaman la atención al notable paralelo entre los acontecimientos calificados como “comienzo de dolores” y los cuatro jinetes del Apocalipsis. Veámoslo:
Marcos 13: 5-13 | Apocalipsis 6 |
Falsos Cristos (13: 5-6) | El caballo blanco (6: 1-2) |
Guerras y rumores de guerras (13: 7-8a) | El caballo bermejo (6: 3-4) |
Hambres y terremotos (13:8b) | El caballo negro (6:5-6) |
Muerte (Mt 24:7b) | El caballo amarillo (6: 7-8) |
Persecuciones y martirio (13: 9-12) | Los mártires (6: 9-11) |
¿Qué interpretación seguiremos en la exposición?
Como punto de partida vamos a tomar la tercera, una profecía de doble cumplimiento. Creo que es la que mejor reconcilia los hechos históricos y el alcance de la pregunta de los discípulos. Esto significa que Jesús tiene en mente una destrucción inmediata de Jerusalén y del templo, que sucede en el año 70, pero que no trae el reino, y un futuro conflicto escatológico en torno a Jerusalén que precede al fin de este siglo y que sí introduce el Reino. En consecuencia, y puesto que la destrucción en el año 70 es pasado, la interpretación futurista también tendrá especial relevancia en la exposición.
Cuestiones previas.
Pero antes hay dos cuestiones que debemos mencionar, al menos bosquejar: ¿De qué hablamos cuando decimos El Regreso del Señor o La Segunda Venida? y ¿Existe algo así como profecías de doble cumplimiento?
NOTAS.
- Esto sucedió en el año 68. Al parecer la muerte de Nerón llevó al general romano Vespasiano a suspender el asedio a Jerusalén para regresar a Roma y ser coronado emperador. Su hijo Tito retomaría este asedio en el año 70. Según el historiador cristiano Eusebio, en el año 68, los cristianos abandonaron Jerusalén para refugiarse en Pella, al norte de Perea, en la Decápolis. Ver Alfred Edersheim, La vida y los tiempos de Jesús el Mesías. Tomo II. Pág 399 cita a pie de página.
- J.C. Ryle. Meditaciones sobre los Evangelios. Marcos. Pág 282,283. Editorial Peregrino.
- Para discusiones acerca de las preguntas de los discípulos y su alcance véase: Alfred Edersheim, La vida y los tiempos de Jesús el Mesías. Tomo II. Pág 383,384. Editorial Clie; Evis L. Carballosa. Mateo. La revelación de la realeza de Cristo. Tomo II. Pág 334-335. Editorial Portavoz; Juan Mateos – Fernando Camacho. El Evangelio de Marcos. Análisis lingüístico y comentario exegético. Vol. III. Pág 295-300. Ediciones El Almendro, Fundación Épsilon; Joseph Huby. Evangelio Según San Marcos. Pág 299. Ediciones Paulinas 1963; Cesar Vidal. Más que un Rabino. La vida y enseñanzas de Jesús el Judío. Pág. 222 Editorial B&H.
- Preterismo. Véase artículo Apocalipsis, perspectivas interpretativas del. Historia preterista. Diccionario de Teología premilenarista. Editorial Portavoz. Pág 59. Cesar Vidal. Más que un Rabino. La vida y enseñanzas de Jesús el Judío. Pág. 221-237 Editorial B&H.
- J.C. Ryle. Meditaciones sobre los Evangelios. Marcos. Pág 285,286. Editorial Peregrino.